El diamante es uno de los minerales más preciados y valiosos de todo el mundo. Se trata de la segunda forma más estable de carbono, después del grafito, y es increíblemente duro. Los diamantes se forman en presión y temperatura extremas, a entre 140 y 190 kilómetros bajo tierra.
El nombre de diamante proviene del griego “adámas”, que significa propio, inalterable, irrompible, indomable. Su origen se cree que fue en la India hace al menos 3.000 años, aunque se cree que pudieran existir desde hace 6.000 años. Desde sus orígenes han sido utilizados como símbolos religiosos. Durante el siglo XIX empezó a tener más popularidad por el aumento de suministro, por ganar importancia en la economía mundial y empezara utilizarse en campañas publicitarias. En 1813 se demostró que el diamante estaba hecho de carbono, gracias a Humphry Davy. En el siglo XX los diamantes empezaron a clasificarse en función de sus características más destacadas: peso, talla, color y pureza. Hoy en día sigue siendo la piedra más valiosa y dura (10 de dureza, lo máximo). Se utiliza para joyería, como amuleto y en rituales.
Llevar un diamante como amuleto aporta energía y vitalidad. Es una piedra que ayuda a tener más fuerza de voluntad por hacer las cosas. Fortalece el poder de las demás piedras curativas. Tiene el foco de actuación en el corazón y sistema nervioso y digestivo, favoreciendo la buena salud. El diamante es una piedra que también favorece lazos de amor en las relaciones, las hace más fuertes y fortalece los sentimientos. Portar un diamante también es señal de fortuna. El poder de la piedra atrae la buena suerte, los negocios, etc.
El diamante es, por tanto, una piedra multiusos. Se utiliza como amuleto y como elemento en rituales de todo tipo. Sobre todo porque aumenta el poder del ritual que se esté practicando, sea cual sea, y llevar un diamante como amuleto es siempre llevar buena energía. Es una piedra pura, que trae fuerza y valor a quien la lleva. Siempre es mejor llevar en la mano o brazo izquierdo y engarzado en oro.
Algunos expertos en esoterismo y el uso y la energía de las piedras, aseguran que el diamante es una piedra tan poderosa que se puede conseguir que la persona sea invencible, que pueda alcanzar todo lo que se proponga y conseguir las metas en cualquier ámbito de su vida. Para ello, se debe realizar el siguiente ritual. Deberás conseguir un diamante puro y en bruto, es decir, funciona si es una piedra, no ya el mineral pulido y engarzado en una joya. Deberás colocar una vela blanca a la izquierda, y una dorada a la derecha. A continuación, atar con una cinta morada o púrpura el diamante. La cinta es la que aporta el equilibrio, el poder y la energía. Con la vela blanca primero, y con la dorada después tienes que acercar la llama a la cinta para que se queme mientras está atada al diamante. Entierra los restos y duerme con el diamante bajo tu almohada durante una semana. Después puedes colocarlo de adorno en tu casa, de manera que esté siempre visible y nunca lo hagas joya, es decir, que siempre sea un diamante puro.
El nombre de diamante proviene del griego “adámas”, que significa propio, inalterable, irrompible, indomable. Su origen se cree que fue en la India hace al menos 3.000 años, aunque se cree que pudieran existir desde hace 6.000 años. Desde sus orígenes han sido utilizados como símbolos religiosos. Durante el siglo XIX empezó a tener más popularidad por el aumento de suministro, por ganar importancia en la economía mundial y empezara utilizarse en campañas publicitarias. En 1813 se demostró que el diamante estaba hecho de carbono, gracias a Humphry Davy. En el siglo XX los diamantes empezaron a clasificarse en función de sus características más destacadas: peso, talla, color y pureza. Hoy en día sigue siendo la piedra más valiosa y dura (10 de dureza, lo máximo). Se utiliza para joyería, como amuleto y en rituales.
El diamante en el mundo esotérico
El diamante es la piedra mágica por excelencia. Es la piedra más poderosa, más potente y con más energía que existe. El diamante es una piedra espiritual, que brilla y luce, y deja pasar la luz por ella. El diamante es una piedra imponente, poderosa ya sea pata para lo positivo, como para lo negativo.Llevar un diamante como amuleto aporta energía y vitalidad. Es una piedra que ayuda a tener más fuerza de voluntad por hacer las cosas. Fortalece el poder de las demás piedras curativas. Tiene el foco de actuación en el corazón y sistema nervioso y digestivo, favoreciendo la buena salud. El diamante es una piedra que también favorece lazos de amor en las relaciones, las hace más fuertes y fortalece los sentimientos. Portar un diamante también es señal de fortuna. El poder de la piedra atrae la buena suerte, los negocios, etc.
El diamante es, por tanto, una piedra multiusos. Se utiliza como amuleto y como elemento en rituales de todo tipo. Sobre todo porque aumenta el poder del ritual que se esté practicando, sea cual sea, y llevar un diamante como amuleto es siempre llevar buena energía. Es una piedra pura, que trae fuerza y valor a quien la lleva. Siempre es mejor llevar en la mano o brazo izquierdo y engarzado en oro.
Algunos expertos en esoterismo y el uso y la energía de las piedras, aseguran que el diamante es una piedra tan poderosa que se puede conseguir que la persona sea invencible, que pueda alcanzar todo lo que se proponga y conseguir las metas en cualquier ámbito de su vida. Para ello, se debe realizar el siguiente ritual. Deberás conseguir un diamante puro y en bruto, es decir, funciona si es una piedra, no ya el mineral pulido y engarzado en una joya. Deberás colocar una vela blanca a la izquierda, y una dorada a la derecha. A continuación, atar con una cinta morada o púrpura el diamante. La cinta es la que aporta el equilibrio, el poder y la energía. Con la vela blanca primero, y con la dorada después tienes que acercar la llama a la cinta para que se queme mientras está atada al diamante. Entierra los restos y duerme con el diamante bajo tu almohada durante una semana. Después puedes colocarlo de adorno en tu casa, de manera que esté siempre visible y nunca lo hagas joya, es decir, que siempre sea un diamante puro.
