La alectomancia, también llamada alectriomancia, es una antigua forma de visualizar el futuro usando como herramienta un gallo. A lo largo de la historia se han usado gallos de distintas maneras para intentar obtener predicciones. El método que se usa con estos animales varían en función de la geografía y la época.
La manera más extendida de trabajar con los gallos en Europa consistía en dibujar un círculo con todas las letras del abecedario, con un grano de maíz en cada una de las letras, y ubicar al gallo en el centro. A medida que el gallo se iba comiendo un grano de cada letra, el cual se reponía seguidamente para que el gallo tuviera la opción de decidir por esa letra de nuevo, se iban formando palabras. Si el resultado final no tenía un significado lógico era el propio vidente el que interpretaba los mensajes que el gallo había ido formando.
Por el contrario, en África directamente se dejaban los granos de maíz en el suelo y soltaban al gallo para que comiera, una vez que finalizaba el adivino se encargaba de interpretar los dibujos que el gallo había ido dejando a medida que había ido comiendo.
En otras culturas se sacrificaba al gallo para extraer la piedra de su higado y así leer e interpretar los mensajes que esa podría nos ofrecía.
En algunos casos con la simple interpretación de sus cantos era suficiente para obtener un mensaje y así predecir el futuro.
La manera más extendida de trabajar con los gallos en Europa consistía en dibujar un círculo con todas las letras del abecedario, con un grano de maíz en cada una de las letras, y ubicar al gallo en el centro. A medida que el gallo se iba comiendo un grano de cada letra, el cual se reponía seguidamente para que el gallo tuviera la opción de decidir por esa letra de nuevo, se iban formando palabras. Si el resultado final no tenía un significado lógico era el propio vidente el que interpretaba los mensajes que el gallo había ido formando.
Por el contrario, en África directamente se dejaban los granos de maíz en el suelo y soltaban al gallo para que comiera, una vez que finalizaba el adivino se encargaba de interpretar los dibujos que el gallo había ido dejando a medida que había ido comiendo.
En otras culturas se sacrificaba al gallo para extraer la piedra de su higado y así leer e interpretar los mensajes que esa podría nos ofrecía.
En algunos casos con la simple interpretación de sus cantos era suficiente para obtener un mensaje y así predecir el futuro.